En el mundo occidental, durante siglos hemos compuesto poemas , cuentos y obras teatrales sobre los ciclos del amor, la manera en que se transforma y cambia con el tiempo, la forma en que la pasión nos atrapa por la garganta para luego abandonarnos y dejarnos en un estado mas parecido a la cordura.
Hemos confiado en que los cuentos no expliquen las complejidades del amor, ahora sin embargo estas narraciones, parte fundamental de toda civilización, pueden estar cambiando al tiempo que la ciencia intervine para explicar lo que siempre hemos concebido como mito, como magia. Por primera vez, las investigaciones recientes han comenzado a develar el lugar que el amor ocupa en el cerebro, las particularidades de sus componentes químicos.
Hemos confiado en que los cuentos no expliquen las complejidades del amor, ahora sin embargo estas narraciones, parte fundamental de toda civilización, pueden estar cambiando al tiempo que la ciencia intervine para explicar lo que siempre hemos concebido como mito, como magia. Por primera vez, las investigaciones recientes han comenzado a develar el lugar que el amor ocupa en el cerebro, las particularidades de sus componentes químicos.
Una mujer usa inconcientemente los orgasmos para decidir si un hombre le convine o no. Si él es impaciente y brusco, y ella no alcanza el clímax, podría sentir de manera instintiva, que él tiene pocas posibilidades de ser buen esposo y padre. Los científicos piensan que el voluble orgasmo femenino puede haber evolucionado para ayudar a las mujeres a distinguir el hombre adecuado del que no es.
Un estudio realizado a personas locamente enamoradas con ayuda de una maquina de imágenes por resonancia magnética, comprueba que las personas al observar a su ser amado, las partes del celebro relacionadas con la recompensa y el placer, lo que es área tegmental ventral y el núcleo caudano muestran actividad. El amor produce actividad en el núcleo caudano, por que este es el hogar de una densa proliferación de receptores para un neurotransmisor llamado dopamina, en las proporciones correctas, la dopamina provoca energía intensa y alborozo, agudiza la atención y motiva para tener recompensas, por está razón, cuando estamos recién enamorados podemos permanecer despiertos toda la noche, ver el amanecer, correr y hace cosas que normalmente nos resultaría demasiado difíciles. El amor nos hace audaces vigorosos, nos hace correr riesgos reales.
Un estudio realizado a personas locamente enamoradas con ayuda de una maquina de imágenes por resonancia magnética, comprueba que las personas al observar a su ser amado, las partes del celebro relacionadas con la recompensa y el placer, lo que es área tegmental ventral y el núcleo caudano muestran actividad. El amor produce actividad en el núcleo caudano, por que este es el hogar de una densa proliferación de receptores para un neurotransmisor llamado dopamina, en las proporciones correctas, la dopamina provoca energía intensa y alborozo, agudiza la atención y motiva para tener recompensas, por está razón, cuando estamos recién enamorados podemos permanecer despiertos toda la noche, ver el amanecer, correr y hace cosas que normalmente nos resultaría demasiado difíciles. El amor nos hace audaces vigorosos, nos hace correr riesgos reales.
Témenos otro neurotransmisor estrella la serotonina, al que alteran los medicamentos psiquiátricos, Resulta que las personas que experimentan amor romántico poseen un perfil químico cerebral, semejante a los individuos que padecen un trastorno obsesivo compulsivo, al parecer, el amor difumina el limite entre la salud mental y sicopatología. Traducción el amor y las enfermedades mentales son difíciles de diferenciar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario